Los
ataques convulsivos pueden deberse a diversas causas y mostrarse con una
intensidad variable.
¿Cómo se manifiestan?
Los
músculos se contraen de forma
descontrolada provocando sacudidas bruscas de las extremidades y cabeza
Con
frecuencia el perro cae al suelo y su cuerpo se pone rígido
El
perro saliva de forma muy marcada y en ocasiones puede orinarse o defecar de
forma involuntaria; también pueden presentarse gemidos y quejidos de intensidad
variable.
El
ataque puede durar de unos segundos a varios minutos
Tras
el ataque el perro puede parecer desorientado y “ausente” durante un tiempo,
incluso horas.
¿QUE HACER?
Durante el ataque:
Apartar
los objetos con los que el perro pueda hacerse daño, mesas, sillas, muebles
etc.
Si
cae al suelo colocar un cojín o toalla bajo su cabeza, para evitar posibles
golpes.
No
colocar ningún objeto en la boca del perro
Evitar
mover al perro durante el ataque… hay que recordar que puede mordernos sin
querer.
Preparar
un posible traslado
No
acercarse ni moverlo
Después del ataque
Trasladar al perro a un lugar tranquilo, sin
luz y ruido.. Allí permaneceremos con el acariciándolo y tranquilizándolo con
voz suave hasta que su comportamiento se normalice…
No
ofrecerle comida ni premios
Si
es posible otro miembro de la familia debe llamar al veterinario y comentarle
las cosas con calma, resumidas e
intentando no omitir detalles.
Si
nuestro perro ha tenido un ataque por primera vez, es muy probable que vuelva a
tener un segundo ataque y que muy probablemente se vuelva a repetir en el
futuro, por ello es necesario que lo revise un médico para poder recetar el
tratamiento adecuado.
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