- Al principio es recomendable llevar a cabo los acercamientos después de una sesión de juego intenso o de un paseo, en este momento el perro estará mas tranquilo y relajado.
- En este caso, como el perro es de tamaño mediano-grande colocar al niño sentado en las rodillas, para controlar mejor los movimientos de ambos.
- Permitir que el perro y el niño se exploren mutuamente, (no inquietarse si el perro lama al niño) siempre y cuando el animal esté en buenas condiciones higiénicas y de salud. En general, la actitud de la persona, debe ser en todo momento tranquila
- Es importante enseñarle al niño que zonas del perro no conviene tocar y en cualquier caso que fuerza se debe aplicar.
El sistema básico se basa en que el niño asocie una determinada
acción con la aprobación del adulto o la disconformidad.
- Si acaricia al perro con brusquedad apartaremos su mano diciendo “No”.
- Inmediatamente después acompañaremos su mano con la nuestra y acariciaremos al perro junto con mucha suavidad. Durante esos instantes premiáremos la actitud del niño con palabras de aprobación.
- No debemos esperar a que el niño se equivoque
para corregir su actitud. Todas aquellas ocasiones en las que el niño actué de
forma correcta.
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